jueves, 17 de marzo de 2011

el sufrimiento parece que nos hace más humanos


Salim es uno de los voluntarios. Viene de Derna y se desplaza con el frente. Estaba en Ras Lanuf, después se replegó a Brega y ahora está aquí para asistir a los heridos. Y se quedará hasta el final o hasta que le den la orden de evacuar. “Espero morir como él, moriremos todos pero Gadafi no entrará”, dice señalando a tres voluntarios que empujan despacio una camilla cubierta por una tela negra hacia la cámara mortuoria del hospital. Es el cadáver de Walid. El amigo que conducía el automóvil y que ha salido indemne del accidente, se lleva las manos a la cara para secarse las lágrimas. Él y Walid no estaban siquiera en el frente, estaban recorriendo sencillamente la Brega-Ijdabiya para regresar a Benghazi. Walid tenía 25 años y, en lugar de disfrutar de la vida, ha terminado en una cámara frigorífica.

No hay comentarios: