miércoles, 3 de diciembre de 2008

sobrevivir


“Los soldados me sacaban para pegarme y algunas veces para violarme”, relata sentada en su habitación en Eastleigh, en Nairobi. “Las mujeres más jóvenes eran las favoritas de los soldados. Mientras que estuve allí ví a dos hombres mayores colgados del techo con un cable, ambos murieron”.
Adan escapó y se siente muy afortunada de haberse alejado de la situación que empeora cada día más en Ogaden, una región que ha estado envuelta en conflictos durante décadas.
Somalia y Etiopía han ido a la guerra dos veces para disputarse la región, que está poblada por la etnia somalí, y que ambos países reclaman como territorio propio.
La campaña militar de Etiopía, se ha intensificado desde que el ONLF atacó las instalaciones petroleras gestionadas por los chinos, en abril del año pasado, matando a 75 personas, entre los que había trabajadores chinos.
Un informe de Human Right Watch, HRW, publicado el mes pasado, acusa al régimen etíope de cometer abusos generalizados contra los civiles. “La respuesta del ejército de Etiopía a los rebeldes ha sido atacar brutalmente a los civiles en Ogaden”, asegura Georgette Gagnon, la directora de HRW África.

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