En la Asamblea General de Naciones Unidas de esta semana, nuestros líderes deben reconocer el coste humano de esta guerra. Deben reconocer la necesidad de usar su plataforma global para atraer la atención del mundo sobre esta crisis y lograr un acuerdo para que la ayuda urgente llegue a todos los que la necesitan en Siria. Deben reconocer nuestra indignación al ver cómo miles de nuestros niños son arrojados al abismo del odio humano.
En Siria hay un antiguo dicho: un lugar pequeño puede albergar miles de amigos. Los niños de Siria están en un lugar pequeño y oscuro. Debemos ser sus amigos. Debemos ayudarles. Debemos acabar con esta guerra.
Desmond Tutu es Arzobispo emérito de Ciudad del Cabo.
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